miércoles, enero 11, 2006

Velita para un santo desconocido


"No son opuestos de una cuerda.
Contrario a lo aprendido (¿acaso impuesto?) socialmente, hacer lo que uno quiere no implica que uno no está haciendo lo que debe..."

Mierda, pensé yo: ¿cuántos siglos nos va a tomar liberarnos de la tiranía, el dominio y la institucionalización de la razón?

¿A quién no le pasó, que deep inside sabía lo que había que hacer y no lo hizo porque era muy "volado"? ¿Corazonada se decía?????

Es cierto, el corazón vuela, el mío algunas veces, algunos días, y suele ser de lo mejor... Y de lo más lamentable saber que otras tantísimas lo ignoro.

Casi, casi, le pregunto a mi interlocutora: ¿a cuál santo le prendo una velita para que aparezcan la intuición, la sensatez y el buen juicio en este mundo y en la vida de cada quien?

4 comentarios:

Solentiname dijo...

Es que HUmo, hay razones del corazón que la razón no entiende. A mí por lo menos me pasa que muchas veces después de la trastada, me digo "le hubiera hecho caso mi corazonada". Y ese santo debe ser el santo patrón de los imposibles...

Ana dijo...

Tiene razón Sole, el santo patrón de los imposibles será.
Pero por si acaso prendele varias velitas Humo, a ver si se siente invocado.

Jules dijo...

a ver si ayuda:

santo patrono contra indiscresiones
Juan nepomucene
Contra los escrupulososalfonso maria de liguori

Prontas soluciones
San expedito

gente en duda
José Carpintero

Santo Tomas Apóstol


Y por aquello, también puede encomendarse a Santa Catalina de Bolonia que ayuda a los artistas y a San Felipe Neri que ayuda a los Educadores. Y por aquello, a San Francisco de Asís y San Antonio María Claret que son los patronos de los tejedores :D

Acá una lista más completa:

Humo en tus ojos dijo...

Apelaremos pues a la iluminación e invocación del santo patrono de los imposibles, buena falta que hace que se apersone por estos rumbos, así sea que la razón se quede con el entendimiento a pie (total que si la razón no tiene la razón no tiene nada que entender!). No nos caería mal un entrenamiento auditivo para escuchar las corazonadas con claridad.