lunes, marzo 03, 2008

Al infinito y más allá

Alguna vez tuve pocos años y entendí que habían cosas, como mis años, que eran pocos, que se podían contar. Y contaba en desorden y sabía que más allá de mi límite, el 10, al que llegaba como muchos niños de mi edad, en cualquier orden espiral, no consecutivo, le seguían otros números. Si preguntaban, contestaba muy segura que tenía 3 y que pronto cumplía 4 (aunque probablemente faltaban 10 meses), pero enseñaba 7 dedos .

Alguna vez era poco antes de pasar del 3 al 4, y quise saber más. Supe que había un número que ya eran muchos y le decían cien. Y un día escuché una palabra bien rara:

I N F I N I T \infty \,\! \infty \,\! \infty \,\! \infty \,\! \infty \,\! \infty \,\! . . .


Había que preguntar:

-Papiiiiiiii, ¿qué es el infinit
\infty \,\!\infty \,\!\infty \,\!\infty \,\!\infty \,\!\infty \,\!\infty \,\!\infty \,\!\infty \,\!\infty \,\!\infty \,\!\infty \,\!\infty \,\!?
-Es cuando ya no se puede contar más.
-¿Cuando uno aprende a contar hasta cien???
-No. Después del 100 siguen otros números.


Me habló de un tal mil. De los millones, los billones, los trillones. Y por su puesto, de la gente multimillonaria. Pero me aclaró que aún así, ellos podían contar todo lo que tenían. Pero que igual siempre iba a existir un número que seguía después y que eran tantos como las estrellas que nunca ibamos a poder contar todas porque siempre descubrían una nueva.

-Entonces ¿nunca voy a poder contar todos los números?
-Nunca. Porque nunca se acaban.
-¿Aunque vaya a la escuela y me los aprenda todos en orden?
-Nunca. No se acaban. Los números son infinitos.


Reconocerme en un universo donde la racionalidad no alcanzaba para abarcar la totalidad del neverendingless me dejó con una angustia que a la fecha permanece. La razón, o eso que quisimos llamar razón, no puede con todo. Se plantó ante mis pocos años y me dejó dicho que no iba a poder saberlotodoya. A los 3 años ese saludo del concepto de infinito se me hizo de una angustia desconocida... e infinita que me decía que yo con todo mi ser nunca iba a poder con él.

Con ese antecedente, 24 años después, debí sospechar que una relación con un tipo que se tatúa
\infty \,\! en la clavícula solo podía dejarme con el corazón partido de la angustia infinita de haber invertido mis sentimientos en un precipicio. No morí desbarrancada. Esa angustia un día no amaneció más y se fue con su infinitud lejos, muy lejos.

Aún asó, con ese mismo antecedente, con diez veces aquella edad, el infinito, en los términos racionales de la contabilidad no deja de angustiarme. Cada vez que voy perdiendo el control de mi agenda mental, comienzo a escribir listas de pendientes que odio infinitamente porque no puedo parar de anotar una cosa más que aparece y el papel ya no alcanza y se ocupa otro que primero tiene mucho campo pero luego no alcanza y se ocupa otro que...

En mi drama de obsesiva, me curan las colisiones leves con objetos inanimados (léase los golpes de la vida), mis sesiones de yoga, donde no me dan miedo las percepciones infinitas y me cautivan los valientes como buzz, que se ponen un límite más allá del infinito.



PD: y bueno, uno de los propósitos de venir a escribir este post, era curiosear y saber si alguien recuerda algo de cuando supo que el infinito existía.


14 comentarios:

Pau Llanes dijo...

No recuerdo eso, lo que significa seguramente que no me preocupa... Lo que de verdad me dejó huella es cuando entendí el concepto de indeterminación... ya sabes... 0/0... saludos... pau

Murasaki dijo...

No, yo tampoco recuerdo mi primera impresión del infinito...sí recuerdo cuando empecé a caer en cuenta que mientras yo estaba haciendo algo, en ese mismo instante otra persona estaría haciendo algo completamente diferente..."realidades paralelas" :P

Ana dijo...

Pues no me acuerdo, pero tiene que haber sido algo bastante despoético, como la explicación de la maestra... Lo que si recuerdo es el primer acercamiento a eso de la vejez de la muerte, un día cuando estaba en kínder o su equivalente.
Eso de pensar que yo con 4 o 5 años también iba a ser vieja y también iba a morir me causo una cosa que definí como "dolor de estomágo" (era la definición más cercana que encontraba)

maya dijo...

El infinito... pues no recuerdo la primera vez que escuche esa palabra... pero el concepto matemático que si me asustó... fue cuando descubrí los números negativos... fue como comprender que todo lo bueno tiene un lado malo... es raro... nunca había pensado que la matemática me ayudara con la filosofía... pero así fue ;)
Abrazos...

Sirena dijo...

Yo no recuerdo, pero me suena que me dije a mí misma "¿ah? ¡Pues entonces para qué preocuparse!" Y no recuerdo mucho de esos encuentros con las certezas... ni cuando aprendí a leer ni nada...

Edmundo Dantés dijo...

Para mi fue una experiencia similar. Eso de que los números no terminan, me resultaba extraño, pero admití el simbolo como una especie de "tope" matemático.. Lo que de verdad me causó dolor de cabeza, fue pensar en la parte "real" aquello de que el universo mismo no tiene tope, me quedaba pensando de chico: "pero que existe más allá?? Del otro lado??"

Fue como un Koan.

Saludos!

Ameyal dijo...

¡Qué lindo reto! Hurgar en el baúl sin fondo de los recuerdos... ¿en el baúl infinito?

Me picó la curiosidad y no, definitivamente no me acuerdo del momento en que conocí esa palabra. Sí recuerdo una época en que estaba obsesionada por contar hasta que se acabaran los números. Me imagino que ahí fue cuando algún adulto sabio me dijo que mi intento era inútil.

Me sucede como a Ana, que lo que me causa un hueco en el estómago es el asunto de la vejez y la muerte. Eso sí me produce un desasosiego quizás comparable con lo que decís sentir respecto al infinito... ¡y más allá!

Pau Llanes dijo...

Bajé del volcán y paso por aquí apenas para saludarte... Reinicio mi libro abierto... un abrazo... Pau Llanes

Unknown dijo...

impresión del infinito...aquí si me la pusiste difícil......creo que ha sido siempre??!

Denise dijo...

uf, ni idea... sólo sé que pregunté, con 6 ó 7 años, qué había antes de que Dios hiciera el mundo. Mi profesora dijo "nada" y estuve obsesionada preguntando qué era la nada años y años. Ya no me lo pregunto, aunque siga sin entenderlo.

Pau Llanes dijo...

Venía a ver si había dejado algo nuevo para nuestros ojos... veo que no... echo en falta ese humo... Bueno, te cuento que por fin he terminado de escribir la “crónica” de mi viaje sentimental a Tenerife, la ballena-isla-volcán… La he compuesto en cinco capítulos y una entrada-puerta que puedes seguir de corrido, de arriba abajo, en mi Blog… Es mi regalo para tus ojos esta Semana Santa… Ojalá te guste esta literatura de viaje y sus imágenes… saludos... pau

Unknown dijo...

Hola!

Espero tus comentarios en mi post!!!

Anónimo dijo...

no recuerdo que es infinito.. pero tampoco se lo que es 0, ni 1, ni 2....
MUAMUA

brujadelmar dijo...

A los 6 me leía algunos cuentos de mi tía panchita y uno de un chiquito que no quería tener sombra, recuerdo. Dibujaba unas muñecas preciosas. y también sabía contar hasta 100...fue cuando pregunté qué había después de 100?..
101, 102,103, y vuelve a empezar hasta llegar a 200...y después de 200? 201..202...igual... recuerdo que ese día no descansé, contando y contando...a ver cuando se acababa la cosa...fue una experiencia traumática tanto para mí como para mamá quien tuvo que auxiliarme cuando llegué al 1000 y así hasta que fui avanzando hasta marearme y hasta sacar de paciencia a mamá, que poco le faltó para darme cloroformo pa que me durmiera por tiempo indefinido o infinito.
En fin, el caso es que me siguen angustiando las cosas que no terminan de acabarse y también con aquellas que se esfuman aún antes de que yo empiece la cuenta...

Bonito post :)