martes, junio 10, 2008

Palabras atoradas I

Tengo varias, pero considero que conviene comenzar por esta. Un poco de potasa vendría bien, puede que sea lo que necesite para que me discipline y regrese a este lugar.

Comencemos:

Hace días ando enojada con una palabra… y entre más la escucho, entre más la pesco entre líneas en los planes que se dibujan, entre más me saluda desde los ojos de todos ellos, más me fastidia, más me irrita, y más la quiero borrar del diccionario cuando leo estas cosas:


perfecto, ta.

(Del lat. perfectus).

1. adj. Que tiene el mayor grado posible de bondad o excelencia en su línea.

2. adj. Que posee el grado máximo de una determinada cualidad o defecto. Jesús es un perfecto caballero.

3. adj. Der. De plena eficacia jurídica.


perfección.

(Del lat. perfectĭo, -ōnis).

1. f. Acción de perfeccionar.

2. f. Cualidad de perfecto.

3. f. Cosa perfecta.

4. f. Der. En los actos jurídicos, fase y momento en que, al concurrir todos los requisitos, nacen los derechos y obligaciones.

a la ~.

1. loc. adv. perfectamente.

perfeccionar.

1. tr. Acabar enteramente una obra, dándole el mayor grado posible de bondad o excelencia. U. t. c. prnl.

2. tr. Mejorar algo o hacerlo más perfecto.

3. tr. Der. Completar los requisitos para que un acto civil, especialmente un contrato, tenga plena fuerza jurídica. U. t. c. prnl.

perfectamente.

1. adv. m. Cabalmente, sin falta, con perfección, pulidez o esmero.

2. adv. afirm. Expresa asentimiento o cabal conformidad.

Me he preguntado cómo sería la vida habiendo crecido en un idioma sin la palabra perfecta. No habiéndome amamantado con ese concepto de que tal cosa como el mayor grado posible de excelencia para algo, alguien o una situación es posible alcanzarlo con los recursos que tenemos.

A lo mejor soy solo una voz para el desencanto por los acuerdos sociales que invocan a los modelos de lo perfecto y a las escalas según las cuales las cosas se acercan o se alejan de ahí. Un sonido disonante para la desilusión hacia los dibujos de líneas perfectas, personas perfectas, parejas perfectas, familias perfectas, trabajos y trabajadores perfectos con sentimientos perfectos, planes para tener hijos perfectos que cumplen a la perfección y paso por paso los planes perfectos que para su vida perfecta tienen sus padres perfectos en un perfectamente aburrido enorme e irritante bostezzzZZZZzzZZzo.

La perfección se me hace como este estado final donde todo ya está alcanzado, acabado y no hay nada más que agregar. Creerse de todas las maneras posibles que es posible vencer la nostalgia por la perfección del paraíso perdido. Una vez alcanzada la cúspide de la perfección ¿Qué sigue? ¿Otra meta aún más perfecta –en cuyo caso la anterior queda como solo un escalón- o descender hacia la decrepitud por un barranco más o menos vertical? ¿Morir de tedio?

Prefiero pensar que en vez de vuelos perfectos, existen vuelos a destinos diversos, más altos, más cortos, más entretenidos que un llegar a un lugar donde el mapa tenía todos los puntos de la felicidad predefindos.

Que la casa no es perfecta porque siempre va a estar en construcción.

2 comentarios:

Sirena dijo...

... o es una casa de alquiler y renovamos contrato todo el tiempo... Me alegra leer algo nuevo, tenemos mucho de qué hablar y muchas cosas quedarán por fuera... porque nada puede ser perfecto. Y sí, creo que ESTE es TU tema... habrá que deshojarlo con tiempo bajo el sol.

Edmundo Dantés dijo...

Es verdad, lo perfecto, como concepto, llega a ser aburrido.

Es mucho más interesante el viaje que el destino final.

Te la cambio por otra palabra, que estoy seguro habrás ya pensado...

Perfectible.

Saludos, que gusto leerte de nuevo.