sábado, octubre 28, 2006

Elemento hallado en la bandeja de salida



Sr. Pupilo Solícito:

Tranquilícese©.
Se quedará ud. con las ganas de que lo llame a su número personal.
¡Prefiero ser cortejada por un caracol!!!© (¡baboso!).
Adjunto material gráfico para su plena comprensión.
Sin otro particular,

La Gallina Francolina



Archivo adjunto:






Nota para los lectores: Amablemente, hace unos meses cuando esta situación se manifestaba por primera vez; Sole nos dio licencia para el uso oportuno del breve recurso lírico del despreciable Patán; ese monstruo infecto de hombre que en otros tiempos vimos pasar por las Anchas Alamedas. Se sabe perfectamente que recibir uno de sus correos sin asunto y con una única palabra, más que tranquilidad puede provocar ansias, sofocos y enormes deseos de reventar computadoras contra la pared.

Lo otro es que la gallina Francolina es franca... pero no por eso es menos gallina.



martes, octubre 24, 2006

Y todo es extraño



Porque a veces en dos semanas todo se acomoda. O casi todo.

Porque yo no sabía, ni había visto, ni había conocido jamás a alguien que se suicidara más de una vez y lograra vivir hasta un último balazo de re-mate.

Porque tal vez si era un poco -o un bastante- cierto eso de que somos memoria por el pelo. Ahora que se fue la mitad del pelo que me sale por la cabeza mes a mes, se fueron también otras cosas que no son pelo; y anidaron algunos mechones rubios que han sido bienvenidos. Entonces pareciera que escribimos desde otro lugar (y que rubia honoraria is back).

Porque eso (¿o ese?) era lo que hacía falta para poder decir desde muy adentro, con todas las células concientes y unánimemente de acuerdo que ya no estás por ninguna parte. Ni falta que hacés.

Porque luego de ese sueño inmundo nos da muy parecido si te asomás por los rincones. Diría que ya te moriste. Que si te hace falta un último balazo a vos también te lo doy sin remordimientos. Y que tal vez el susto me dio porque ver un cadáver nunca será agradable.

Porque casi un año después una amiga empática confiesa que aquel día en que ocupó mi lugar supo lo que era sentir el corazón estrangulado, estripado por un sentimiento que no era de ella, pero que la confundía conmigo al haber ocupado mi espacio de descanso. Y por eso es de las pocas que saben que tan espantoso era que se sentía el color de tus espantos.

Porque ahora la misma amiga empática dice que eso que me da susto-susto es muy relativo, que la respuesta afirmativa solo confirma lo que sospechaban algunos que me han visto a través de los años: tengo un lado oscuro, y se tendrá que manifestar con más fuerza el otro año… ¡ñaca ñaca!!!

Porque también soñamos con posturas que nunca hemos hecho y que no pensábamos hacer pronto, pero dice Ella-La Maestra que tal vez eso es un primer reflejo de seguridad más allá del plano físico. Ese que confía más en lo que me sostiene, que aquí donde respiro son mis piernas, mi vientre y mis brazos abiertos para caer hacia atrás sin destrozarme los huesos.

Y todo es extraño y da mucho mucho susto-susto-susto.

Porque también nos damos cuenta que siempre (hasta para pedir ride por teléfono) le sonreímos un montón, aunque sea así tan serio y yo tan payasa, dramática y sofoquina algunas veces haga que se ría. Y la sofoquina anda con susto-susto de que alguien también ande con susto-susto, patrocinado por la pregunta de su amigo inoportuno, que llevó a la notificación implícita de que existe un -llamemos- pequeño charquito que habría que atreverse a cruzar.

Porque siendo así, aquí adentro nadie ha entendido porqué toda su seriedad hace aletear a la mariposa –que aun no llama a las demás- un poco más cada sábado.

Porque del susto-susto, el último sábado, Humo estuvo a un mal paso de perder el equilibrio y quedar estampada en la acera, con toda la valentía y la digidad con que antes de bajarse prometió truequear ese ride protocolario por un café con vista a un jardín lleno de manzanitas (cualquier parecido simbólico con la mítica Eva y su fruta es MERA coincidencia). Y ahora el susto susto es por el cómo y el cuándo convocar al famoso café (¿algún astrólogo o astróloga lectora que diga cual es el día con la alineación astral más favorable??).

En el fondo, lo extraño debe ser que susto- susto se ha hecho un poco mi amigo… y a veces le hago creer que sí me asusta, pero no es tan cierto. Le hacemos caso un poquito, nada más.

Si susto-susto me dejara sola para ir a asustar a alguien más, no pasa nada.

Y seguro por eso todo es tan extraño.

jueves, octubre 19, 2006

Formas insólitas de perder dinero


Algunos tenemos a Paulina Rubio para salir victoriosos todas esas veces en las que la conversación se pone insoportablemente densa. Otros, como don Gui, siempre tienen a mano un recurso mucho más criollo, y son estas historias insólitas las que salvan y hacen soportable el almuerzo provenzal cada vez que algún baboso tiene la ide-o-ta de llevar a la mesa, para rumia y tortura de todos los presentes, esos temitas que llamamos escabrosos.

Recapitulaba hoy sobre este asunto de tener 50 años y ninguno de ser ordenado con sus cuentas. De disfrutar mes a mes –con limón, vinagre y sal-, las angustias de ir separando cada cinco para pagar la luz, el agua, la empleada, los sacos de alimento para los perros… etc… Le pasan estas cosas, que no deben pasarle solo a él; sino a todos los cronopios que se ven en el apuro de ser 5000 colones más pobres a pesar de tener un salario más que decente.

En esta ocasión, sentado en la mesa del comedor con todos los recibos de sus cuentas pendientes, contaba sus preciosos papelitos y los separaba en puños cuando un vientillo travieso pasó por ahí y se llevó un billete.

La intención de la gravedad (siempre ley en este planeta) era que el papelito de colores llegara al suelo. La intención del perro con nombre de Perfume de Mujer fue atraparlo en el aire y engullirlo enterito como si fuera un pedazo de tortilla que se le escapa a un comensal.

lunes, octubre 16, 2006

Mariposas y libélulas tiene la Gente que es Gente.




Él me convence de que ese es el procedimiento correcto. Y le hacemos caso. Porque si pudiera observarlo todo desde la salida del aire acondicionado a nuestras espaldas, sería el único que sabe lo que realmente es en ese par de ojos insospechados.

Mientas tanto, Tiro Loco –siempre tan atinada- dijo que hacer eso era algo desesperado.
Obviamente dijimos PLOP y le colgamos.

Una hora después de semejante desinfle volví a ser valiente, me convencí a mí misma de que no hay nada de desesperado en ser GENTE y decirle a alguien Insospechado, que quizás ha mostrado algún grado de interés en una o en sus proyectos, que lo sabemos, que lo sentimos y que hay algo que quisiéramos que lea porque cuando alguien dice eso de la sangre que uno lleva en las venas, hay que saberlo para nunca olvidarlo.

Entonces finalmente llamo de mi casa y nomecontestásporquenoconoceselnúmero. Y como notedejomensajepuesnohacésnadaporquenosabésdequésetratatodoesto (o si sabés, pero no te podés dar por enterado sin una bola de cristal que nos funcione a los dos).

Al día siguiente te llamo de nuevo… pero tampoco contestás porque es el mismo número desconocido. Y comenzamos el jueguito ridículo de la gata y el ratón o la ratona y el gato. Porque esta vez:

Tellaméytedejéunmensajentucontestadoradehombreserioyllamaste dosvecesdedosnumerosdiferentesquenosontucelular,
Perofuecuandoyoestabaencasadelahumimadreyelteléfonosequedóenelcarro,
Quefueunpocoapropósitoparaquelacaranonosdelatetodavía.
Ydejasteunmensajeconombreyapellidos
diciendoquellamabasdevolviendolallamada,
Entoncesrespiréunavezmásparaarmarmedevalor
porquetodoestomeponemuynerviosa
Aunqueyasepaqueesabsurdollevarmariposasamipanzasinohaynada
Ysoloquierasergenteconuninsospechadosorpresivo
Asíqueunavezmásdevuelvolallamadaqueasuvezdevolviamillamaday
dejounsegundomensajeentucontestadoradevozmuyseria
queprometedevolverllamadasperdidas

No sé si ya lo notaste, pero a veces no puedo evitar ser sarcástica y reírme de todo lo absurdo en el momento más inadecuado como ese que debiera preceder lo que se supone que debería decir si algún día me contestás:

-Hola Insospechado. Es Humo devolviéndote la llamada que devolvía mi llamada…mmm… Como que no lo estamos logrando y esto se comienza a volver muy chistoso. O muy tedioso. Te trato de llamar después. Chau.

Por aquello, ya te puse un correo contándote el porqué de las des-llamadas.

Y por favor por favor por favor…
Por aquello de una conspiración tecnológica contra la Gente, pido un deseo imperativo: revisá lo que haya en tu correo basura… no vaya a ser que estén mal puestas unas palabras.

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No puede decirse –todavía- que quizás después de leer eso una mariposa se instaló a esperar el sábado.

Y tiene toda la semana para convocar otras amigas.




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sábado, octubre 14, 2006

Blond moment de 60 minutos



En el mágico mundo de colores, una que habita dentro de mi, creería que cuando le dan trabajo se lo dan en función a capacidades comprobadas para realizar una tarea X. O al menos que así funciona en un lugar donde los jefes juegan en el bosque -mientras el lobo no está- a mantener la cordura. Pero como yo no trabajo en el mundo mágico de colores si no en un lugar provenzal un tanto esquizofrénico, pues en cuestión de dos días, entre chisme y chisme, me terminé de enterar que el trabajo que no me quisieron dar en junio porque se decía de mi que no tenía la capacidad, será mío dentro de muy poco… no tanto porque yo haya demostrado o hecho algo nuevo en los últimos tres meses, si no porque quien lo ha estado haciendo cometió suicidio profesional (para decir que fue víctima de sí mismo). Entonces ha sido muy gracioso, esto de obtener en menos de una semana, el inusual poder de ver a la jefa que no me dice nada en la lengua del cristal pero que ya mandó a escribir los papeles en los que institucionalmente se reconoce que aquello de serrucharme el piso fue una mala idea y que les salió el tiro muy por la culata (o literalmente el culo por la tirata) con esto de la selección de nuevos elementos.


Todo es tan gracioso que yo me atraso con todo mientras averiguo los detalles escabrosos y no me da tiempo de ir donde mi Maestra de las Matrices que se iba temprano, y temprano ya estoy en la casa. Y como todo es tan gracioso yo llamo a Tiro Loco que en junio iba a tener vela en ese entierro pero no la tuvo porque existía el Tripa Seca en Esmeraldolandia y lo ignorábamos. Y como Tiro Loco quieresaberlotodoya se rehúsa a una conversación telefónica y convoca a un café. Y como yo me voy como el conejo del cuento, tarde, tarde, muy tarde, dejo tirado el celular (detalle importante en la trama de la historieta). Reímos, hacemos numeritos retroactivos e imaginamos como podrán ser los ojos de ella- La Gordis cuando tenga que reconocer con o sin palabras pero siempre con los ojos que perdone pero que disculpe el horror que se cometió.

Y son las seis de la tarde y levanto la sesión porque a las 6:30 debo estar puntualmente donde ella-La Maestra porque ya estoy a 4 mm de lograr el balance perfecto para pararme de cabeza sin ayuda. Nos hablaremos después. Y enciendo el carro y sigo con mi música fantástica a un alto volumen a pesar de que Cianurito ya nos dijo que podría ser contraproducente la combinación anímica de la euforia + esto que voy oyendo y que un amigo que tiene fue muy sensato ese día iluminado en que vio el que era bueno bajar esos cd’s del carro. Pero alguien muy terca que vive ahí en ese cuerpo que habito cantaba:


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Poderosa, ya puedo comerlo todo y digerir sin tanto rumiar; y el cuidacarrosquiere hacer su trabajo y a mí me estorba que me den instrucciones cuando más bien entorpecen mi camino y emprendo la marcha.

Y a los 400 m quedo detenida con un PUM que me devuelve a la realidad de mi burbuja en ese mundo en el que respiro.

En ese momento, son las 6:11 pm el conductor del vehículo Izuzu Trooper color café mira por el retrovisor y ve una mujer que apenas está cayendo en cuenta al girar la cabeza a la derecha que eso que sonó es un golpe –del cual ella es culpable- que el vehículo que ella conduce le hizo a la parte trasera del vehículo que él conduce. Adivina en su gesto que maldice porque ahora no podrá llegar a su clase de yoga . Ella, toda una aspirante de yogui, tan consciente del prójimo, no se preocupa de si estarán bien allá en frente o si habrá algún individuo incauto en medio de los dos vehículos, maldice porque en un descuido las neuronas rubias han tomado el poder y de pronto lo peor del mundo es no poder llegar a su clase.

Desde afuera alguien que pasa maldice a la gente tan idiota que a las 6:15pm tiene la brillante idea de protagonizar el choque estúpido de rigor en la Rotonda de la Hispanidad, mientras ve que la morena (a quien podremos llamar indistintamente Stacy Malibú o Tragique, de cualquier modo vestida en ropa deportiva y con un exótico pañuelo de colores en la cabeza) de la coqueta sombrilla amarillo huevo transparente se baja para hacer el recuento de los daños.

El Trooper está perfecto, la puerta trasera abre sin contratiempos mientras que el Humimóvil tiene un par de arruguitas recién adquiridas en la tapa delantera y una rotura en el bumper. El conductor de enfrente opina que si el carro es suyo sale mejor que lo pague ud. … Y ud. le responde:

- ¿Lo atraso mucho? El carro está inscrito a nombre de mi mamá (y elimina toda aquella explicación de que no ha habido traspaso porque con la separación de bienes… entonces habría que … y quizás ni es justo ni queremos pero mejor no preguntar). La verdad yo prefiero llamar al INS y al inspector de tránsito y hacer el papeleo como corresponde -y sonríe dulcemente cual chineada chica Pinky Pretty Stacy Malibu o Tragique (menos mal que no vestíamos de rosa o habría sido el colmo)-. Me disculpa. El único inconveniente es que ando sin celular. ¿ud podría llamar?

El conductor regresa a su vehículo. No le importa mojarse. O anda sin prisa. O le da igual en medio de la pelotera, agua más agua menos… Intenta durante dos minutos y regresa:

-No me contestan. Da tono ocupado. Tome, llame ud.

(léase, toma Stacy Malibú en ropa deportiva, mamitica, pellízquese, llame ud. que es la que tiene experiencia en estos asuntos porque yo ni puedo ni tengo ganas)

-Ay gracias –sonrisita- ¿ud. me permitiría hacer una llamada para que me devuelvan la llamada aquí? Digo… -sonrisita de morena tonta- … como dejé mi celular en la casa…

El chofer entrega el teléfono mientras bajo la lluvia vuelve al carro y cierra la puerta.

Comienzo a marcar y el celular prestado se descarga. Me bajo a tocarle la ventana para decirle que se quedó sin batería. Ríe para no llorar, lo recibe por la ventana y yo regreso a mi carro. Un minuto después el se baja otra vez y me lleva el celular con el cargador para que yo me tome la molestia… no si no es molestia…

Finalmente sigo con el plan de llamar al 8008008000 y reportar lo sucedido, contesta la contestadora y luego de pasar la llamada varias veces alguien atiende atentamente mi solicitud y me informa que para llamar a tránsito marque un número que mi cerebro poseído por mi rubia interna no logra retener o al 911.

Marco el 911 y mientras tanto -Madonna ha seguido sonando todos estos 20 minutos- me despisto hasta que escucho la voz angustiada del que espera el anuncio de una desgracia:

-ALOOO???? ALOO!!!??? DigameEEE!!! 911 EMERGENCIAAAS!!!
-Ah si… llamo para reportar un accidente.
Sonrisita que el operador no puede ver
-¿DÓNDE??? COMO???
-Ah pues en la rotonda de la Hispanidad, hace como 20 minutos.
-¿En qué parteeee?? Hay heridos???
-Ah no, heridos no hay –como quien dice se trata de un accidente simplón y singracia-. Fíjese que yo no me fijé bien y choqué por detrás con un carro al intentar tomar la ruta de San Pedro a Guadalupe.
-¿Derrame de comustiiible??
-Tampoco.
-¿Vías de transito obstruidas?
-Pues viera que si… yo me imagino que a más de uno le estorbamos un poco pero tampoco para tanto. Lo normal, ya sabe… aquí todos los días debe chocar alguien así a lo menso por ir viendo para otra parte.
-Bueno ya queda hecho el reporte a tránsito
-¿Y entonces? ¿El inspector a qué horas llega?
-Pues en un rato… ahí esperen y si no aparecen en un rato prudencial nos llaman de nuevo.

Me dio como vergüenza ser tan rubia como para preguntar que un día de trabajo normal pasadas las 6:30 de la tarde cuantos minutos tiene un rato prudencial…

Abre la sombrilla amarilla, sostiene la puerta glamurosamente con el zapato, la abre, la cierra y regresa a la ventana del Trooper para devolverle el teléfono.

Ya vienen de camino. Llegan dentro de un rato prudencial. Aquí está su celular. Muchas gracias por su paciencia Yo soy Humo, ¿y ud como se llama???

El aguacero no deja oír la respuesta.
Sonrisita.

Se monta a esperar y mientras tanto piensa en lo que sigue. Dejar la arcilla allá, ir al taller hacer la cita del INS ASAP… a la siguiente semana ir a la clase del jueves x la noche tomando bus…

…. Momento rubio maquiavélico…
esto da pretexto para que al final de la clase hagamos a los ojos negros muy negros (mientras cruzamos los dedos para que el solícito ya se haya ido y no responda correctamente) la pregunta selectiva de ¿quién anda a pie o en carro que me acompañe a la parada?

También da pretexto para que el viernes por la noche llamemos de sorpresa al individuo insospechado de la clase donde somos otra alumna y le pidamos que por favor ya que ambos sabemos que vivimos cerca, si será posible ser solidarios y apoyar a la peatona rubia honoraria a llegar a la clase.

Han pasado otros 20 minutos. El chofer baja de nuevo sin paraguas bajo la lluvia, se acerca y nos damos cuenta que algo pasó que la ventana no baja y él solo pregunta:

-¿Y diay? ¿A qué horas llegan?
-Dijeron que en un rato. Si quiere llame otra vez
-No. Mejor llame ud que es la que sabe. Y me da el celular.

Llamo, son muchas contestadoras y me atienden, el chofer se acerca de nuevo para avisar que ya. El inspector de tránsito también se acerca para decir que ya estamos aquí y el viejito panzón del INS toma fotos y se acerca a pedir licencia y pregunta que si no sirve la ventana y le decimos que no, que parece…que… sonrisita jiji… nos quedamos sin batería. Y el se va con la licencia y la tarjeta de circulación y regresa el tráfico a decir que ya se movió el del Trooper que ya me toca a mi moverme pero yo sonrío con la cara de morena tonta o de rubia honoraria que es la misma que ya se me va a caer de la pena porque que papelón que estoy haciendo de mujer indefensa (¿me darán un vale por el resto del año?) yo que acabo de despreciar las instrucciones del cuidacarros, esto es un mal de ojo que me hiceron La Gordis y el Cuajinais por ser tan bruja con escoba. Y respondo:
-Es que viera que creo que se me descargó la batería.
-¿Y que va a hacer? ¿va a llamar a alguien?
Sonrisita
-Es que viera que no ando mi celular… lo dejé en mi casa -digo un trillado-: ayyy… es que si supiera el día que he tenido hoy… ¿y si le pregunta al señor que le choqué si tiene los cables para la batería?
Se va a preguntar y regresa con el chofer del Trooper que ya se bajó y viene diciendo que no con el dedo…
-Entonces quite el freno de mano, ponga el carro en neutro y la empujamos a la orillita.


Terminan de pedir papeles, escribir papeles y pregunta cuando termina:
- ¿El carro es automático o de marchas?
-De marchas. -Sonrisita.
-Ah… bueno si quiere y si sabe como paro el tránsito y la empujamos para que arranque.
Sonrisita.
-¡Sí!
-¿Pero está segura que puede? Digo… porque luego la empujamos y queda ahí sin arrancar se pone todo más difícil.
-Sí, si puedo. Eso si lo sé hacer. Arrancarlo empujado en segunda. Claro…. Aunque también hay una pequeña posibilidad de que me haya quedado sin gasolina ¿sabe? .- Sonrisita-.Pero no se preocupe, es pequeña. Y yo sé arrancar el carro rodado en segunda.

Alguien que viene de regreso por el otro lado piensa ¡por fin! Ya se van estos… si es que a la vieja inútil hasta hubo que empujarla… tenía que ser mujer para ser tan atravesada manejando….

Como yo venía de San Pedro y voy hacia Sabanilla y tengo que rodar la cuestita, no queda más que darle toda la vuelta a la rotonda hasta pasar de nuevo frente a los chicos, sonreír y mover la mano diciendo adiós como las misses…

Llego a la casa de la Humimadre para contarle todo y tranquilizarla… pero no está… y el portón no sirve porque quedó desconectado porque desde temprano se fue la luz y ella aun no ha vuelto y el control no funciona y hay que bajarse a abrirlo pero ya es demasiado y es mejor subirse a la acera y sacar las llaves, aunque una vez dentro de la casa tal vez no haya sido buena idea encaramar el carro cuesta arriba en la acera si la batería aun no estaba bien cargada y de ida no enciende más … Porque ha sido demasiado en dos días y todavía no sabemos arrancar rodado en reversa.







miércoles, octubre 11, 2006

Cura para la buena memoria II




Mientras todos veíamos con dosis (mayores o menores) de susto esas osamentas cargadas de misterio y de la atmósfera de una vida que no nos tocó vivir, ese mismo que por el Bautista y el sacerdote se llama Juan, también nos contó que antes, antes, cuando eran solo ellos sin los otros, todo funcionaba muy diferente. Y de como todo se volvió tan triste que hasta ellos mismos han dejado de ser así y se han convertido algunos en aquello que ninguno jamás quiso soñar.

Durante toda la semana, a cada hora, he seguido escuchando su voz iluminada que nos repite la lección con la certeza más grande del universo universal:


-¿Uds sabían que antes no era así como hoy? Todos mis ancestros, trabajaban diferente. Trabajaban 50% del tiempo para obtener lo material... y el otro 50% se trabajaba para el espíritu, para los Dioses que son muchos, y para la Naturaleza que es sabia. Ahora, se trabaja por lo material, como 90%, o más; y si acaso, si acaso -y enfatiza mucho la segunda vez que lo dice- algunos pocos dedican un 10% de su tiempo para lo espiritual. Y para nosotros eso no es así. Los que creemos en la sensatez de los antepasados, entendemos eso que nos hace diferentes:
No se trabaja para el tiempo.

Es al revés.

El tiempo es el que trabaja y hace las cosas para nos nosotros.




domingo, octubre 08, 2006

Cura para la buena memoria





Sapa de Oro nos llevó a ver como es que son por allá...

Dijo él que allá donde respiramos los 'blancos' se llama Juan, porque el sacerdote católico le ordenó a su papá que se tenía que llamár así, porque ese otro que le decían ellos-dos no era un nombre, pero que Juan si era un nombre de verdad porque venía del Bautista que fue tan importante para ellos-los otros; pero también dijo él que allá, ese otro allá donde ellos son y nunca dejaron de ser, tiene otro nombre que yo no recuerdo porque no lo apunté (ni en el papelito ni en la cabeza).

Dijo él que antes muy antes de que nos vieramos aquí donde sabemos leernos un poquito, ellos ya tenían un correo, y era perfecto porque a nadie se le perdían las palabras en medio de la distancia. No había distorsiones, porque se turnaban las voces que se susurraban las palabras a lo largo de sus caminos y sus pelos, y llegaban nítidas a su destino (las voces y las palabras).

Dijo él que era eficaz, porque siempre supieron que la memoria eran ellas, las de los pelos largos muy largos llenos de magia, donde se guardaban las palabras que nunca se iban a hacer enredos.

Digo yo entonces, que si soy memoria por mis pelos; tal vez ya tenga la cura que me funcione, y tal vez cualquier día de estos logre reprimir lo suficiente a la gallina que vive dentro de mí, llame al de las tijeras y las navajas, y le pida que por favor por favor por favor ¡quieroquelocortetodoYA!

Y digo yo que así, de una vez por todas le hacemos un duelo al olvido.


Y digo yo que ya sé que no necesariamente funcione así, pero que eso que él nos contó puede ser una pista para curarnos la memoria de tantas palabras que ya no nos sirven.

jueves, octubre 05, 2006

Color contra el dolor I


A veces, para no recordar que ocurría hace un año... es mejor devolverse tres atrás, como cuando esos 16 niños me enseñaron, aquello que es imposible meter en una tesis porque no hay palabras para describir sus fuerzas de poquitos soles. Solo hay dibujos. Y estos días en mi cabeza los veo, los repaso y me pregunto por dónde andarán tres años después. Lo que les pudimos haber dejado no es nada a la par del tamaño de sus lecciones.

Una cree que se le llena todo de soledades y de angustias, si es que eso es posible desde la placidez de un hogar donde las comodidades están garantizadas (y respondo, sí, claro que es posible… aunque seguramente no está muy bien hecho de mi parte), y una se da cuenta de cuanta pendejera le cabe en la vida cuando se acuerda de sus historias dibujadas en una silueta. Entonces vengo a repasar aquí, porque si olvido, sé que un día ya no de las siluetas, sino de sus sombras, me van a poner a repasar en serio y entonces tal vez les aprenda de verdad.

Luego de un mes de conocerles sus colores, había hecho la promesa de no volver a quejarme tanto de lo que tengo, ni de lo que no tengo. No podría atreverme a olvidarlo (¿o sí? Pero me creceria la inconciencia otro tanto). Porque visto así, con la conciencia que ellos 16 nos regalaron, ni yo, ni la risueña pelirroja podríamos atrevernos a reclamar de aquello que no tenemos… porque sí que lo tenemos…

Ya para comenzar a contarlo, a la fecha el paradero que más me intriga es el de An, que ahora debe tener como 13 o 14 años. Las psicólogas nunca nos contaron nada de su expediente clínico. Solo supimos que venía de un barrio de esos que los expertos de 40 años que solo saben dibujar muñequitos de palito decidieron llamar urbano-marginales. Pero hay otras cosas que se saben sin necesitar una bola de cristal. Era el niño de 10 años más entusiasmado por usar lápices de color. Nunca le dieron en su escuela una clase de arte. Se inventó solito el collage sin tener que introducirle a Picasso, avanzó en la materia de arte con material reciclado todo lo que la risueña pelirroja no avanzó en 8 semestres en el taller de pintura. Su mundo de niño lo llenaba soñando conos gigantes con 4 bolas de helado psicodélico y un día soleado para visitar el Parque de Diversiones. Su mamá vivía en la calle (y es probable que si vive siga ahí) y él junto con su hermanita de 4 años vivía con una abuelita viejita, cansada, sencilla, agradecida, preocupada y tan analfabeta que poco podía hacer por ayudar con la tarea o encausar la rebeldía que al niño se le desataba en la escuela.

Cuando llegó el penúltimo día, con el ejercicio del autorretrato a partir de una silueta, An dejó de ser nuestra estrella preadolescente. Luego de dibujarles el contorno en la posición que quisieran, tenían que pintarse como querían llegar a ser de grandes… bueno… cuando uno tiene 10 años ser grande va a ser cuando tenga 15… o a lo sumo 18. Comenzó… con que un piercing por aquí… y otro por allá… un tatuaje en este brazo, en el otro también…que la lengua afuera, que los pelos parados. Hasta que llegó un momento en que se vio todo lo feo que estaba quedando, se incomodó como nunca lo había hecho y no quiso terminar más. Le sugerimos hacer otro para que lo mejorara y meditara si de verdad quería verse así en unos años… pero ya no había tiempo ni ganas. En la última clase volvió a ser el mismo entusiasta del color. El que le propuso la solución a su grupo. Nos dejó la certeza de que tenía en su personalidad todo lo que se ocupa para ser un genio. Y la incertidumbre de no saber en qué lo va a llegar a ser.

A veces examino desde mi ventana a los niños que me ofrecen un lápiz mongol a 100 colones, y una que se anda tratando de imaginar las historias detrás de la gente, se acuerda… que An podría ser uno de ellos… que no es nula la posibilidad de que algún día en una esquina me reconozca... y me ignore; o me salude y envíe saludos a la niña pelirroja. Que a lo mejor ya anda buscando la manera de sacar por donde hacerse su primer piercing y su primer tatuaje. Que al rato y ya se los hizo. Que al rato ya sea una cifra más de los adolescentes que abandonan el colegio.

También me sostiene alguna esperanza pequeñita. A lo mejor algún día An se acuerda que a veces el dolor se saca, se quita y se cura con color porque pegó frente a su cama los dibujos que siguió haciendo con las témperas que se llevó. Y me lo imagino como un duende grande, soñador y con bigotillos de adolescente que una vez al mes, luego de estudiar, se le zafa a la misma abuelita buena y nos deja un regalito urbano y vandálico en alguna pared: la ilusión de un grafiti con golosinas gigantes encaramadas en un carrusel.