jueves, marzo 16, 2006

Las 11 puertas

Esta noche decidí que ya era hora de confrontarlo, después de despachar a la Tía Lina que pasó a chismear qué es la cosa, no invité a nadie más a ver mi sala de rombitos y mi comedor zen.


Y con un poquito de tiempo ocioso para el sano ejercicio del bloggeo, en otras coordenadas no muy distintas, la serpiente que cambió de piel pero no de color, se sienta en la misma silla de siempre. Son muchas las sensaciones y los paisajes horrorosos que me trajeron hasta aquí. Me estoy probando a mí misma que es cierto lo que esta tarde le decía a la Interlocutora de las velitas: Sería una gran mentirosa si dijera que me siento sola, que me falta algo, que la vida sin tele y con una hielera por refrigeradora es terrible, ¿cómo me voy a sentir sola si me acompañan todos mis libros, el proyecto de las cortinas de la sala pendiente, 7 tejidos a medio camino, 40 kilos en pelotas de arcilla, mis lápices, mis hojas en blanco, 3 cajas sin acomodar y un jardín de manzanitas sin regar??? Faltan cosas es cierto, y faltan algunos personajes, pero sería muy atrevida y Super Jetona (¡nueva antiheroína para el repertorio de superhéroes!) si dijera que me cubre el manto de la soledad.


Antes de contabilizar las puertas que he comenzado a administrar hace unos días, debo decir que el edificio que aloja el nuevo Humihogar está cargadito de personalidad y colores de sano Sol: rojo zapote (zapallo como dije en un ataque de daltonismo) y verde botella… O colores de restaurante Chino -© de Tiro Loco-

Entonces, ahora sí, se las cuento sin contar el portón de la cochera: el nuevo hogar tiene 11 puertas. 11 puertas que yo abro y cierro a mi antojo… respetando ciertas convenciones de seguridad: La puerta de entrada al edificio se mantiene cerrada con doble llave. La del apartamento también para que Pinky no ande de tour por las escaleras y se jale tortas con los vecinos que no conocemos. La puerta del jardín trasero la abrimos solo bajo supervisión… también porque Pinky se puede ir brincando la tapia al jardín del vecino… y eventualmente podría convertirse en la proteína del arroz (mis disculpas a los lectores del caso… es un chiste malo e inevitable dada cierta característica de mis vecinos contiguos). Me vengo a dar cuenta mientras escribo, que una parte de la dinámica de abrir y cerrar puertas en este nuevo lugar viejo la determina mi mascota (sí, mi mascota de vieja chocha, sola y amargada como diría alguno bien burro y merecedor de una depilación con pinzas pelo por pelo de su cuerpucho). Pero la otra parte, la que no consiste en cerrar la sala, el estudio y el cuarto de los embarrijos –aún sin ordenar- cuando me voy y evitar que el bichito me desarme la casa que apenas estoy armando; la decido yo con mis humos. Yo mando aquí –eso creo- con todos mis coletazos, mis complejos, mis certezas y mis virtudes. Yo soy quien dice cómo, cuándo, a qué horas y a quien convido. Eso, pero tampoco soy tan fea.


Recibiría a cualquier buen amigo que me lo pida de buena manera. A cualquier querendengue mientras que no venga a iluminarme la vida con sus prejuicios de que tan ‘cool’ o ‘exéntrica’ debe ser una joven adulta intentando ser artista mientras para vivir trabaja medio tiempo de dando clases en La Provence –ya sabemos que de ‘in’ tiene muy poquito y hasta Don Gui se queja de cuan temprano le cierran la pinche licorera-. Recibiría a cualquiera que ante todo, pudiera ayudar a hacer crecer y reconstruir ilusiones diluidas, talentos recuperados. No pido letrados, o terapeutas que me pretendan curar la locura. A lo mejor es que hasta ahora lo noto como para ponerlo con todas las letras que necesito.

Están estos personajes con vocación para el hurto y el desorden de la dignidad y el fueguito interno. Llegan con gran escándalo, se anuncian tocando las puertas como se anuncia con chispas una coca cola (Akí toy: ‘Toma lo bueno’), meten gente, te llevan por otras entradas ‘nuevas’, te pintan en la puerta más grande que había un formidable oasis en el desierto. Y salen como los miserables… no por las puertas, ni siquiera por las ventanas, sino escapando por los rincones que le pertenecen a las ratas y a otras creaturas inmundas. ¿Será necesario fumigar con algo más poderoso que el Baygón para que nunca vuelvan?

Existen otros, los sigilosos, los discretos, los sutiles. Sin tocar se cuelan por las puertas y las hendijas. Terminan entrando por cualquier parte, como el agua cuando quiere correr por los cauces que le da la geografía. Terminan llenándolo todo. Acompañados siempre por la novedad. Se pueden ir de la misma manera pausada. O volver cada vez con más fuerza pero con menos frecuencia. Puede también que se queden ahí para llenarlo todo con sus aires. ¿Serán estos los que no le temen al cambio, a compartir el espacio? ¿A remodelar incluyendo de lo viejo lo bueno... porque tal vez no siempre haya que tirarlo todo cuando cambia el sentir de los tiempos? Serán acaso quienes están dispuestos a querer… no de la manera boba y linda de los cariñitos vacíos que casi cualquiera puede dar. Son personajes siempre bienvenidos porque de alguna manera saben que hay que tener muchas pelotas para querer de la forma correcta –otro © de un tiro atinado de Tiro Loco… una que ha sido sensata estos días de mutación-, no es moralismo, querer-querer, quiere decir que hay algo en ese vínculo que te pone a crecer por acción de otro. No dudo por ejemplo que mi papá nos haya querido a las tres, que amistades perdidas de vez en cuando extrañen nuestra risa y compañía. Pero es que tendríamos que ser bestias con pelos (o sin pelos, uds escogen el disfraz), sin cerebro para querer asomarnos a soles que no alumbran, quedarnos cerca de fuegos que no calientan, aguas estancadas, aires viciados, materia podrida… Habiendo elementos notables caminando por ahí, no es extraño que dejemos de hablarles a los que nada aportan. ¿Hay acaso una buena razón para hacerlo? ¿Me convierte eso en una tacaña sin compasión en el pecho? (la respuesta no es como que me quite mucho el sueño)

La otra semana tenemos refri, ¿cuándo vienen a inaugurar oficialmente?




PD: Pinky, sigue viviendo feliz y agradecida, querría salir al jardín trasero más a menudo, mientras tanto se conforma con el de las manzanas. Infames visitantes le han dicho que se engordó con la pasada, que le dio ansiedad el cambio, y que ha comido harto. Yo pienso que está fit. He dicho.

16 comentarios:

Sirena dijo...

Uy pero si hay inauguración que esperen a que nade de regreso ¿sí? Bueno, como querás (obvio) y ¿verdad que la terapeuta no era yo? :(
Y sobre las 11 puertas... espero que Pinky pronto se gane el derecho de salir y entrar cuando quiera y olvidaste agregar de requisito para los convidados que tienen que amar a los gatos... si no fuchi!!!

Ana dijo...

Jaja... pensé lo mismo con lo de la terapeuta, lo juro!
Pues tu jardín está hermoso, noté lo de la dinámica de las puertas a disposición de Pinky!
Inaguremos inaguremos, pero sí, esperemos a la Sirena ;)

Denise dijo...

Qué genial que tengás tu patio de manzanas y las once puertas y a Pinky por ahora respetando las reglas... ya veremos en unos meses, habrá encontrado la manera de pasear por las gradas, o de subirse en la tapia al menos para darte un susto.
Un abrazo humeante

Jules dijo...

Conque eeeesas eran las manzanas! Yo me las imaginaba levitando como pintura de magritte.

Pero me gustan más conectadas a tierra.

saludines a pinky

Sardina albina dijo...

Hey, ¡colgaste el osito Village People! Sorry, sería mala amiga si no te hubiera dicho que Pinky está gorda. La verdad duele...

Anónimo dijo...

Bueno amiga, veo que tus humos se regodean poco a poco en tu botella, se adentran en laberinto y dejan su humeante huella en ese breve espacio en si estas.
Me alegro y gracias por esas palabras balas que razgan la sensible piel de la desesperanza.
y con relacion a un asunto particular, ¿Creer es necesario?.
Creo en el ser humano, en el animal humano, bestia mayor del zoologico planeta, creo en los amigos y en los enemigos, creo que cada dia me levanto con la idea simple y llana de ser feliz este dia, creo en muchas cosas, tangibles algunas, no tanto otras.
Creo que he leido demasiadas cosas sin importancia, que he oido demasiadas opiniones innecesarias, creo que me gustaria hacer aun muchas cosas pendientes por hacer.
Creo en el placer de hacer.
Creo en un hecho fortuito que origina todo, pero no creo en que exista una entidad, ser, fuerza, proyecto o gran arquitecto que rija el devenir del universo.
No creo en la inmortalidad, ni fisica, ni esperitual ni historica.
Se que aun te quedo deviendo pero me gustan los pagos a plazos.
Por cierto creo saludable el no gastar las palabras en aquellos que nada aportan.
Ciao

Floriella dijo...

Invitan a la inauguración?

Solentiname dijo...

me encanta eso de tans puertas y los adornos. Yo me apunto a la inauguración, sin Fuser para evitar trastornos interespecie.

Alfonso Chacon Rodriguez dijo...

Genial lo del lugar. Inauguración, apuntame aunque sea para enero del año que viene, je, pero si adelantás algo para entre el 23 y el 26 hago el esfuerzo, aun a costa de Sting. Ojo al detalle!

Anónimo dijo...

Hola ex-vecina!
Veo que el cambio de hizo bien!
Felicidades en tu nueva cueva. Yo te cuido a la Sofy :)
Un abrazo y felicidades por lograr lo que muchos quisieramos: independencia.

Humo en tus ojos dijo...

Dear Sirenaquedesencanta: Tenés las puertas abiertas a tu regreso. Y no, no sos la terapeuta... de fijo que no somos amigaspor ese tipo de 'terapia'!!! (ojo a las comillas)
Ana: Pos que digo que no... y si te tocó el mejor de los enredos, pero decime si no ¿cómo hago?
Denise: Yo prefería que no haye forma... va y termina en arroz!!
Medea: Así es, en plena cosecha!
Mme. Sardini: Claro que lo tenía que poner.. aunque Pinky a le tiene toda mordida una bota!
Satanás: Ahora el coffee que tengo en crédito a mi favor es en mi casa!
Flo: Claro! me extraña! Nos ponemos de acuerdo x el messener
Sole: Sin Fuser plis... creo que es un bicho uy grande para la pequeña y FIT de Pinky... todo bien con el nuevo barrio cuasivecina!
Alfonso: ver e mail enviado con fechas!
Naty: Gracias x el service de big sis ad honorem!!

jaguar del Platanar dijo...

Ta tuanis el jardín.
Y sí que se ve bien mi primilla Pinky.

Con tantas puertas ¿cómo hace con tantas llaves?

Humo en tus ojos dijo...

Jaguarcito: Perate a que plante unas maticas más en el jardín. Dice Pinkyta que gracias por el cumplido. Y yo digo que ella se ve bien, porque es hermosa, y está FIT!

Madio dijo...

me fascino el comedor zen.. super minimalista.. los platos se veian geniales!!

pues pinky se ve toda saludable... parece Cleopatra esperando a ser idolatrada por sus subditos jajajaja!!!

Y cual sera la lista de invitados a la inauguracion?.. yo mejor no me encargo de las bebidas.. despues las enveneno!! jajaja

Edmundo Dantés dijo...

Muy lindo el humihogar! Felicidades!

Floriella dijo...

De verdad que está divino tu apartamentico, amiga! O como decís vos: biufitul!