jueves, enero 17, 2008

Conejo blanco





Este conejo comemocos se asomó esta mañana por un agujero con forma de una tentadora secada de pelo el lunes 21 de enero a las 7 de la mañana. Lo de la secada me pareció genial desde la primera vez hace 18 días porque nunca lo pude hacer sola sin dejar un torbellino de nudos en mi cabeza y ahora además de dejármela en orden me la cepillan con amor.

Lo tremendo es que esté escrito y reimpreso tantas veces, que yo no puedo evitar ser así de curiosa y seguirlo por el agujero todas las veces. El país de las maravillas que hay detrás es tan incómodo que solo la sonrisa suspendida y misteriosa de un gato le puede dar sentido...

Ese estresito de que el tiempo transcurre rápido y es tarde me ha irritado desde la primera vez que nos vimos, alguna de aquellas tardes en las que conocía las novedades y la magia de la letra imprenta.


el retrato del comemocos, vino de este lugar hermoso

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