jueves, enero 19, 2006

Recapitulación caribeña: beware of the rocks

Mi relación con la costa pacífica ha sido más frecuente, si se quiere ancestral, genética. Mi orgullo me deja rajar: mi abuela fue una Chola guapísima salida de Liberia, hija de madre soltera, de milagro recoocida y ayudada por su papá, telegrafista del pueblo, quien se empeñó en heredar a sus hijas matrimoniales y extramatrimoniales mandándolas a hacerse 'mestras' y a sus hijos machorros con la tierra. Haciendo la genealogía de esa rama, un poco para atrás se insinúa la posibilidad de un cruce con algún cubano sabrosón de los que anduvieron por ahí diz que incógnitos, y obviamente llega a perderse el rastro con alguna otra madre soltera que seguro llegó a Guanacaste proveniente de Nicaragua.

Maravillas de la sangre mestiza.

Con el Caribe la cosa ha sido... ¿instintiva?... No sé, distinta de buena manera. Esta vez, el clima estuvo espectacular -hasta el domingo. Hace un año me agarraron las peores inundaciones en 30 años, nada más y nada menos que en Bocas del Toro. Créanme, la sensación de estar aisladas del mundo por agua, por aire y por tierra, es 'algo' gacha.

Lo del instinto con el Caribe iría a tono con mi gran propósito de funcionar un poco más por corazonadas e instintos que por razones y reflexiones excesivas, why not? De por sí que la razón exitosa, hasta la fecha, lo que se dice exitosa... ehhh, nop.

No faltaron los personajes de antología. La verdad, en algún momento estuve incómoda por la posibilidad de toparme con el tío del Vikingo, originalmente sueco, hoy en día feliz habitante de la costa atlántica. Eso no quiere decir que ya perdió la sangre fría.

El personaje emblemático del paseo resultó ser un negro azul -alias Jesucristo según la sardina albina-, venido desde Liberia, África (no Guanacaste) haciendo escala unos años en California. Un tipo que hasta donde pude ver no se hace bolas, asumo que esas las tiene entre las piernas, y decide qué es tiempo de irse cuando ve una señal ¿????? ¿Bohhhh? Quien quiera saber más vaya al post de la sardina, o mejor aún, visite Puerto Viejo, busque y entreviste un negro azul, con camiseta de los Celtics montado sonriente en un cuadra.

Fantástico el descubrimiento del plantintá. Hmmm :) Me vale gorro si el colorante rojo no es natural, ni saludable. Se acercaron dos niñitas, mientras yo trataba de secarme sentada en un tronquito con el solcito pendejo de las 4 de la tarde. La más chiquita mira a la grande y dice: - ¿Y a ésta? La grande mira y pregunta si quiero. Digo que no, porque no sé que es ¡Bestia! Sigo repasando viejas lecciones: Si no sabe pregunte, que la pregunta es gratis y la información puede ser útil. Menos mal que mis lindos amiguitos se dejan seducir, por el hambre primero, y por la sonrisa de las enanas después. Quedé encantada. El domingo no me fui de ahí hasta conseguir otro. Golosa tenaz.

Sigue pendiente conocer qué carajos fueron las 3 piedras rúnicas que saqué del saquito en viernes 13 -fecha auspiciosa según yo- y las 3 de la luna llena, sábado 14 -fecha brujil e instintivamente auspiciosa-. Curiosos quéjense con la sardina albina por la tardanza, ha estado fuera de práctica como por un año, y por lo que hemos visto está recuperando el poder rápida y exponencialmente. Certera, peligrosa y no siempre de buenos augurios, la verdad no peca, pero incomoda.

Como la piedra en el camino. King kong size. No quedó otra que pasarle por encima o chocar con el carro que rayaba por el carril izquierdo, o frenar y chocar con el de atrás. Y no pensar mucho porque de inmediato venía el túnel. Queda el saldo de media mufla como un acordeón y 5 huequitos en el diferencial de atrás. Ya veremos cuando llegue la factura.

El saldo a favor: agradecimiento a la vida porque la gama de accidentes peores era amplia, pasar unos días como feliz peatona; escuchar y respirar el már una vez más, evocar recuerdos hermosos... convocando los mandatos de un corazón más generoso y más libre.

10 comentarios:

DINOBAT dijo...

Que interesante, me alegra que estés orgullosa de tus ancestros, eso es algo que debemos llevar siempre presente :)

Julia Ardón dijo...

Hermoso!

Edmundo Dantés dijo...

Que lindo.

Además de lo interesante que puede resultar el "escarbarle" un poquito a la historia familiar, me llama mucho la atención el cariño con el que lo relatas.

Y sobre todo, me gusta mucho leerte, pues aún al relatar un accidente, algo por lo que muchos estarian cuando menos renegando, tú haz encontrado la ocasión, la oportunidad, de disfrutar como peatona y acercarte al mar...

Deberiamos de ver las cosas como tú.

Un abrazo.

Ana dijo...

Me sentí un poco identificada al principio, eso de sangre guanacasteca lo traigo por parte de abuelo paterno, y el Caribe por puras fuerzas de esos rumbos.
Me alegro que ese corazón sea ahora más generoso y más libre.

Solentiname dijo...

qué cosa es el plantintá? ´(hubiera disimulado mi ignorancia pero me muero de la curiosidad).

Humo en tus ojos dijo...

Dino: gracias, a mí no se me olvida mi abuela, con todo lo que ella hizo bien y a mucho esfuerzo, manda la parada que yo no le siga los pasos y la supere en aquello que resultó un fiasco (hablo de la puntería que tuvo para escoger marido)... ya volveré a hablar de ella

Julia: Mil gracias, viniendo de ud de veras q me halaga

Monte: También, merci beaucoup, espero tu próximo post!

Ana: Que viva nuestro 25% de sangre Guanacasteca! uyuyuy bajura! Del corazón pues aún no late tan libre ni tan generoso como quisiera, pero es un propósito que se va encaminando para este año y para el resto de la vida!

Sole: Nada de ignorancia. El que no sabe es como el que no ve. Por algo digo que la lección del caso es hacer la pregunta, sobretodo porque preguntar todavía es gratis. Hace 8 días del plantintá yo conocía solo el nombre. Es como decir una empanadita, con la pasta del patí x fuera, y adentro (aaaaaahhhhh la gloria) está llena de algo así como un purecito de plátano maduro, que debe tener algún ingrediente secreto, que sabe delicioso, y que está teñido con un fulminante rojo cerezo. Prometo investigar dónde en la capital se consigue, y te invito si te suenan los sabores.

felsO dijo...

nice blog =)

Damián Arroyo dijo...

tengo años de no ir! leyendote a ti y a ana ya me dieron ganas de ir de nuevo!

Anónimo dijo...

Bonito texto, tenés una variedad de genes envidiable. Sabrosura! Peatona, yo sé lo que se siente. Es ver el mundo desde otra perspectiva, tal y como no lo contás. Gracias por visita mi blog.

Fabián dijo...

Yo fui hecho, ensamblado y criado en San José, mis raices de las faldas del volcán Turriaba por parte materna y paterna, ahí todos se parecen a Heidy -blanquitos y con los cachetes rosaditos mas que todo por el frío-. Desde las faldas de dicho volcán un día soleado y sin nubes he logrado ver el mar Caribe, de ahí en fuera no conozco más allá que siquirres porque lo confieso, soy fanático del Pacífico Norte, pero con el sentimiento con que te expresas me entran las ganas inmensas de darme una vueltota!