¿Cuándo aprendimos lo que era estar tensos? ¿Cuál fue el primer episodio de consciente de estrés? ¿Cómo se sintió aquella primera vez que algo nos dio ansiedad? ¿Es cierto que fue en aquellos meses, cuando llegó el borrador de lápiz a la cartuchera??? El borrador venía con un intangible: la necedad de que todas las líneas deben estar bien trazadas… ¡Mentira!!! La vida está llena de líneas torcidas, y se dice que Dios –si existe- escribe recto en renglones torcidos.
Pensaba en aquella tarea de tercer grado que no me daba la gana hacer por puro berrinche, de cómo me obligaron y como odié aprenderme el ciclo del agua y como yo que era feliz dibujando, odié dibujar para esa tarea (fue la única de toda la escuela que me alborotó lo belicosa, ignoro porqué). Mucho antes, una vez
(yo confieso ante ‘blog’ todopoderoso) me hice pis del susto en la clase… porque la ticher de inglés era temible y exigía que pidiéramos permiso para ir al baño en inglés. Yo, ni sabía decirlo bien, ni entendía como pronunciar esos sonidos… con costos le podía seguir el tren a la cancioncita, transcrita ahora sin faltas de ortografía:
“Heeeaaaaaaad, shoulders, knees and toes, knees and toes!!!”
Tiempos aquellos cuando uno estaba en el kinder… y todo era bueno… Y… y… mentira… ¡Mentira también!!! ¡Mentira! ¡Mentira! ¡Mentira todo! Mis primeros episodios (estas tres palabras originalmente iban en singular pero recordé, e irá entonces en plural) de estrés infantil consciente fueron en el kinder, cuando era muy tímida y llevaba desde el primer día la contabilidad de mis dos amiguitas, cuando era feliz todas las veces que podíamos pintar y jugar con las formitas en el ‘mantelito’ (cuando había que cantar no tanto, porque ya todos se sabían las canciones y yo no).
La Niña nos cambiaba constantemente los lugares en las mesitas para que nos conociéramos todos y fuéramos felices… ¿felices??? :S Hasta que llegó este día en que me tocó a mí lo que a ninguno le gustaba… sentarse en una mesa que no era un grupo… ¡era una parejaaaaa!!! Y nadie quería y todos refunfuñaban porque era aburrido y si te caía mal el de enfrente no había nada que hacer más que aguantártelo TODO el día (cuando todo el día tal vez duraba 3 horas). Entonces la elegida esos días fui yo…. Y quedé emparejada con Lej Policía.
Ahora, que algo puedo hablar de Pedagogía, creo que losétodo. Todotienesentido. La Niña le estaba metiendo un diez con hueco a Humo. Lej Policía era seguramente el mocoso más insoportable, el más insolente de la década. Un chiquito mimado de alcurnia con el que no hallaba que hacer –porque de fijo era de estos que la mamá piensa que son perfectos y que la inútil era la maestra, y en todo lado que lo pusiera daba lata, y lo ponía solo en el rincón y era peor, y si lo sentaba con un grupito de cinco se quintuplicaban las malacrianzas. Pero un día ¡le llegó la luz!!! ¡Eureka! ¡Eureka! Sentémoslo con Humo que es tan calladita y trabaja tan bien y todo le queda tan bonito!!!
Y ella tan feliz por una idea tan genial y yo tan triste que salía al recreo luego de merendar sin ganas… y la que era mi tercera amiguita empezaba a jugar conmigo de darnos las manos y dar vueltas en círculos hasta marearnos y caer mientras gritaba justo antes de soltarnos: ¡HUMO TIENE NOOOVIO HUMO TIENE NOOOVIOO! Y Humo regresaba del recreo con lágrimas en los ojos… Las mismas que le llevé a Humimamá a la casa cuando le conté que I., el hijito de 6 años de su jefa, había dicho que cuando fuera grande se quería casar conmigo!!! Y ella en vez de tomarme en serio mi drama infantil, mi angustia de verme en un matrimonio arreglado desde los cinco años, se reía pensando el absurdo de resolver con una boda cualquier tribulación económica futura. Si las bolas de cristal funcionaran, le habría dado un soponcio al ver esa familia en medio del escándalo que inaugura la historia del siglo XXI en país de las maravillas, habría salido corriendo a jalarle las orejas a I. por tener la lengua tan larga y a solicitarle a su sabia madre que le enseñara a I. a guardarse la majadería y no andar suelto anotando puntos para tener futuro de acosador.
Pero lo peor, lo más bochornoso, lo más aberrante de haber tenido que compartir mesitas con Lej Policía, ocurrió después de dos semanas de dedicarnos a pegar pedacitos de papel periódico a un globo inflado para hacer un chanchito, luego de que yo desplegara todo mi genio pictórico y mis virtudes técnicas para embarrar el mío con un rosado de total y absoluta belleza (sí… desde entonces hay una chica Pinky que vive en mí), el infame de Lej Policía se aprovechó (bien que lo debe traer en la genética, eso de sacar ventaja del prójimo) de un descuido de La Niña, que con 30 mocosos inquietos, sofocados por ver acabado su chancho, no distinguía las iniciales de ninguno, y osó confundir MI Chancho Rosa, con la porquería que le salía a Lej de sus manitas. Entonces yo que nunca hablaba, protesté, y dije:
‘Niña es que éste no es el mío. El mío es lindo. Éste esta horrible. Está manchado. Y vea, está chueco y torcido, y se le van a caer las patas, se desinfló por dentro y esta arrugado. El mío no estaba quedando así’.
Con 29 años estoy segurísima que ella lo sabía perfectamente, y queriendo darme mi primera lección de terrorismo pedagógico, una lección de vida espantosa, cruel y a largo plazo, se aguantó; aceptó la complicidad de la sonrisa sarcástica de Lej, pensó en la cara de amenaza que le podían poner los curas si otra vez había que llamar a los papás de Lej... esa gente tan importante, molestándose por un chancho de papel. Entró en modus operandi ‘desperate tichers’ y solo dijo:
'¡Lej, apúrese que tiene que llevarse eso terminado HOY!!! ¡Humo, trabaje, termínelo! Se le estalló porque se descuidó y no lo hizo bien. Vea el de Lej que como va a quedar acabado pronto!!'
Y mis ojos abiertos, muy abiertos, incrédulos muy incrédulos, porque esa sería mi primera evidencia de que la justicia inmediata no existe cuando quien tiene que repartirla sigue las leyes del atropello y la conveniencia propia. Y Lej, sarcasmo y sonrisa:
'Vio Humo, ya le dijo La Niña, ud. se equivocó. Este es mí chancho :P'.
En el busito, que manejaba el abuelito del barrio, todos iban felices con sus chanchos de colores… y preguntaban porqué el mío se había desinflado… se veía tan raro mi chancho rosado con arrugas. MI chancho rosado que no era mío. Mi chancho arrugado también era rosa, porque Lej me había copiado, tenía mi inicial, que no era mía sino de Lej que habia pintado su inicial (que es la misma que la mía)… porque no sabía pintar flores tan bonitas como las mías. MI chancho rosa… con la inicial de mi nombre. Con la inicial que yo todavía no sabía hacer. Solo la podía reconocer y podía decir que estaba fea, manchada y torcida. Otro niño en el asiento de atrás entendió mi cara y mi actitud de niña con sus derechos abollados, me tocó el hombro y me dijo bajito: ‘A mí también me lo cambiaron’. (por lo menos… no fui la única víctima del terrorismo pedagógico del kinder).
La Humiabuela me recibió en su casa con el abrazo de todas las mañanas de kinder, y dijo, lo ella creía que tenía que decir siempre, que mi chancho era precioso. Y yo lloré y lloré sin poder decirle nada coherente. La Humimamá llegó de noche… y llorando y llorando les conté a las dos cómo me habían robado mi chancho rosa y en su lugar me habían dejado al desinflado cuyo único posible destino era el basurero de la cocina. Humimamá prometió ayudar a hacer otro… pero no era lo mismo… el globo era más pequeño, se desinflaba, no habia suficiente goma y en casa no tenía tanta pintura rosada. Mi Chancho Rosa, el Hermoso, terminó sus días en casa de la familia Policía, que seguro se sorprendío de los progresos en la concentración de Lej, que unos días después debe haberlo aplastado con toda la crueldad que le cabía.
Lej Policía creció y siguió en el colegio de curas hasta sus primeros años de adolescente. Se convirtió, como se espera de todo muchacho de alcurnia en colegio fino, en uno de los galanes de la generación. Siguió siendo un insolente que nunca desaprovechaba la oportunidad de presumirnos las tenis ultimo modelo que le compraban sus papis (o él mismo) en la Yunai y le arrancaba suspiros a todas las que se negaban a ver que debajo de ese rostro de perfil perfecto y eterna sonrisa sarcástica había un patancito de potencial dantesco. Con 13 años hacía fiestas privadas en su casa, sin papás ni hermanos mayores… a los que no íbamos nos llegaban todo tipo de rumores y chismes. Llegó un día en que para los curas 9 años con Lej Policía fueron suficientes… Para no dañar la dignidad de una buena familia, nos dijeron que había decidido ir a otro colegio que le gustaba más (de casualidad era uno que todos sabíamos que era más fácil, pero con más disciplina militar que la de los curas).
Ayer, allá donde respiramos, cantaba con la Sirena, con la gringa de misiones interesantes y ese que a veces nos visita sin decirnos ;) Y escuché una voz atrás de nosotros. La voz que se robó Mi Chancho Rosa salía de un cuerpo rechoncho y fofo para pedir una cerveza cruda. La voz vio mis ojos de humo, los reconoció e hizo lo que le dictan las leyes de etiqueta y protocolo a quien pertenece a una familia de tanta clase y distinción: devolver unos ojos que miran con displicencia, examinar de pies a cabeza el cuerpo que me aloja e ignorar cualquier pasado común.
Adentro de mis ojos de humo pensaba que de todos los lugares… ese era el más raro para encontrarlo tanto tiempo después,
si al chancho con lo que le crían, y lo que cantábamos era justo lo que nunca fue, lo que no le dieron para crecer y todo lo que dudamos que sea hoy, algo no iba a calzar. Supongo que debe haber pagado por pagar, por pasar el rato donde sea, habrá bebido un par de cervezas en la barra mientras nosotros cantábamos la siguiente canción a todo galillo. Después de eso se esfumó como se esfuman estos fantasmas cuando se dan cuenta que su compañía es absurda allá donde respiramos y cantamos con los hermanos.
La siguiente canción era esta (que en vivo, con ellos dos, es un espectáculo).
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CastpostPd: lo pensé mucho para subir la canción… porque el Perro siempre pide que no lo pirateen… pero bueno, yo compré el cd, así que espero me perdone el detalle. Si no, pues que se manifieste y lo conversamos! ;)
El price winning chanchito rosado superhéroe, me lo encontré
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