El año de la poda: Requiem por el 2005

"El propósito de la poda es tener árboles fuertes, sanos y productivos. Esta meta se puede alcanzar sabiendo cómo, cuándo y porqué podar, y siguiendo unos cuantos principios muy sencillos.
La poda es necesaria para que el aire circule libremente entre los tallos de las ramas de árboles, arbustos, y plantas. Se eliminan los tallos que se inclinan hacia el interior, las ramas viejas y enfermas, las más débiles y retorcidas.
La época ideal para podar es el invierno, cuando las plantas se encuentran en período de reposo.
Las principales razones para podar los árboles son la salud y la estética. Además la poda puede estimular la producción de fruta, o elevar el valor de la madera forestal.
La poda por razones de salud implica cortar la madera enferma o que ha sido atacada por plagas, quitar las ramas rotas o dañadas, el aclareo de la copa para mejorar la ventilación, y la eliminación de las ramas que se rozan o entrecruzan. La mayor utilidad de la poda es estimular el desarrollo de una buena estructura en los árboles y reducir la probabilidad de que los dañen las inclemencias del tiempo.
La poda por estética intenta mejorar la forma es especialmente útil con árboles de crecimiento abierto, que pierden muy poco follaje de forma espontánea."

Sigo con mis analogías, tratando de algún modo de cerrar el ciclo del auch y dislumbrar qué carajos es lo que sigue ahora que ya aterricé, que sí o sí me tocó regresar de una vez a mis labores docentes (con la vergüenza de haber llegado tarde el primer día), ahora que me tocó volver a usar sueter y pantalones, ahora que dejo de ser turista y vuelvo a ser ciudadana 'corriente' que bebe algo 'corriente', que trato de caminar alegre en mis nuevos zapatos de bailarina llenos de reflejos y barroquismos, ahora que descansa en paz mi viejo teléfono (tan feo y obsoleto que avergonzó a más de uno cuando salía de la cartera), ahora que YA tengo que dejar de posponer para mañana la producción de cacharros para la bienal, que tengo el primer encargo importante del año (que me fascina), y sin ser malagradecida porque en realidad soy asquerosamente saludable y no me falta nada; hacer insight de lo que fue el 2005 me deja el sentimiento de una dolorosa podada con filo y firmeza. Le creo a cualquiera que diga que a los seres del mundo vegetal les duele cuando les arrancan un pedazo, así sea para bien. Solo que a mí nadie me avisó que en el 2005 el jardinero me iba a visitar varias veces.

Descartada la opción de la docencia escolar. Sencillamente fuchi. Aunque la paga fuera buena, que peleada con el dinero nunca he estado, así sea en un lugar con todos los recursos económicos para que yo me invente 70 veces el país de las maravillas, no way. La educación privada de este país esta llena de atrocidades que no hacen más que inculcar y enfatizar la asimetría desde la infancia (y lo digo con conocimiento de causa, de ser juez y parte, pasé 13 años que con mucho esfuerzo me pagaron de colegio privado, y de teacher puse lo mío para ver si mejoraba un poco la cosa con las artes). Que una niñita de 8 años salga con que hacerle una tarjeta a su papá es poca cosa (clara de lo poco que vale, aún en una librería cara, un papelito) me parece el aviso de una gran deformación (tengo más ejemplos escazuceños), de la que no quiero participar. Y no es que no quiera aportar lo mío en función de un buen cambio, que me quiera quedar con un estado pasivo de incomodidad y no hacer nada, mi aporte será por otra parte.

Desarmada la unión familiar. No era un secreto, y se veía venir hace mucho, pero no deja de ser un acontecimiento fuerte y de muchas consecuencias por las decisiones que tomé. ¿Soy menos mujer, menos creativa o menos valiosa por retirarle el habla y la comunicación a la figura paterna? ¿estoy obligada a perdonar y hacerme la loca por aquello que me parece un exceso? ¿qué viene siendo aquí el respeto al prójimo? No es una decisión irrevocable, está sujeta a ciertas condiciones que son desde mi punto de vista (unilateral sí) simples como un chayote.

Para terminar, aquel que dijo (mmm... que fácil es decir cualquier cosa) que alucinara con mi año número 28, para que fuera mejor y pa estar juntos, que me iba a querer como era, sin importar si mientras se aclaraban algunas cosas no siempre andaba yo hilarante, aquel con quien pintaba que al fin podía desenvolverme tranquila y confianzudamente en una relación, dejando atrás los excesos pasados, sin la neurosis del que va a ser del futuro y con la paz de ir bien cada día, al que no le dí una sola razón para fumigarme, decide de la noche a la mañana atomizar la historia y dejarla en historieta -de mal gusto y peor sabor-.

Me repito que no soy solo un saco de quejas y reproches al 2005. No olvido agradecida, que las ramas de los amiguitos y los talentos están ahí, con recortes menores y hasta brotes nuevos.

Y sé que no me conformo con poco ni con cualquier cosa. Ahora, lo menos que puedo pedir en calidad de arbolito desramado es que llegue el verano y salga el sol.


La foto: Lebensbaum, Gustav Klimt 1905-9