Hasta hoy, no creía que fuera cierto que estas cosas pasaran... pero en sueños soy testigo de que a 15 días del evento, el universo se mueve y hay muchos cajones que dejar acomodados antes de que todo ocurra.
1:48 am Estoy despierta. En el departamento de arriba alguien piensa que es oportuno el momento para tomar una ducha. Abre la puerta y grita a todo galillo que no tiene agua caliente.
Me duermo al cabo de lo que calculo que es una hora.
1.
Thy, Who Shall Not Be Named me llama (guat?) y pregunta que si todavía tengo aquel plan. Respondo que sí y que se lo puedo ir a dejar a su casa. Por supuesto que el Inge me acompaña y conduce hasta esta calle que es otra y no aquella que fue, y por donde pasamos cada vez que visitamos a la Humimadre. El sujeto sale para que yo le dé el plan con los papeles que llevo en un folder y yo, me bajo del carro, vestida como cualquier día, le entrego aquello y le explico, dejátelo, no es nada. Te lo regalo. Nosotros lo íbamos a usar para la casa que queremos, pero nos decidimos por uno más grande... vos sabés, este es como sencillito, como para comenzar por lo básico. Me mira con unos ojos apocados. Se acerca para despedirse con un beso en la mejilla. El pelo corto, por muy moderno que sea el corte lo deja sin ningún atractivo para mí. Se reduce la distancia y compruebo que es exactamente como un Sansón venido a menos, se encogió incluso de estatura y yo me agacho para que pueda alcanzar.
Al inclinarme veo que llevo puestos los tacones del vestido de novia.
2.
Alguien viene a verme y me trae un folder (nadie dice que anda mi cerebro como atacado archivando cosas en estos días). Saca unos papeles y me enseña lo que recientemente le ha escrito su esposa. Me pide que las lea y le explique (es decir, que opine). ¿ Y desde cuando escribe su esposa??? No me hubiera imaginado que le daba por ahí. (¡PLOP!). No es como del tipo que escribe sus cosas. Las leo y me da mucha pena ajena. En efecto. No le sale nada bien. De viaje no es lo suyo. Son terribles. Cursis. Naive. Y dan cuenta de una mujer que se perdió de ver un montón de cosas observando y recorriendo las calles del mundo. Hay uno en particular, que en ese momento quiero memorizar para luego contar que tan terrible es... algo así como un poema muy malo lleno de inqueitudes respecto a la sexualidad y la sensualidad. Comenzando porque no entiende la diferencia... Ni una chica Cosmo en sus peores días. Trato de ahorrarme las palabras, que serían nefastas, un decirle que esas cosas solo puede escribirlas quien llegó hasta donde llegó sin observar y sin vivir nada de lo que hay que vivir para crecer. Prefiero decírselo con una mirada.
De repente la mirada se escucha, y es una voz lúcida que dice: Esto que te está enseñando no lo escribió su esposa. Lo escribió ese yo tuyo que ahora solo es una muerte. Esas son las palabras de la mujer que hubieras sido si hubieras estado para convertirte en mujer de zapatos color rosa.
3.
Las pesadillas de Bridezilla. Me levanto hoy en la mañana y me dicen que debo alistarme. Asumo que se trata de un simulacro, hasta que todos a mi alrededor pierden la noción de la realidad. Como mi vestido no está listo, llevo puesto uno que es perfectamente color blanco y que odio. Como no es el día no hay quien me peine ni me maquille, así que lo hago yo misma en un camino sin espejos. Todo es un desastre y el vestido blanco muy blanco queda manchado con sombras rosadas. Mi pelo va recogido en una cola, como no tiene el largo suficiente, se sale por todas partes. En la iglesia nadie sabe nada, no hay invitados, no hay cura que haga el rito. Alguien se da cuenta de que es la iglesia incorrecta. El Inge cae en la confusión y pregunta que porqué tanto desarreglo de mi parte. Trato de recordarles lo que dice en la invitación VIERNES, escuuuuuuuuuuuchen, Maaamiiii, Humisiiiiiis ... alguien que me de pelota, esto no puede estar pasando hoy, es un desastre leeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeaaaaaaaaann decía VIERNES 18 y es en Heredia no en Sabanilla.... Comando Marañón: jeeeeeeeeeeeelp!!!!
Despierto.
Le prometo al Inge que no vuelvo a robarme su lado de la cama porque el tampoco durmió bien. Soñó con La Pequeña, convertida en una adolescente de pesadilla, cuyos ojitos le hacían perdonarle su listado gigante de tortas en dos segundos (todo es mentira, ambos sabemos que serás hermosa cuando vengas a quedarte).
Promento que en los próximos 15 días no me vuelvo a tomar un capuchino a las 5 de la tarde.